La idea de tener un modelo de lenguaje de gran tamaño funcionando directamente en tu ordenador suena tentadora. No solo porque te da privacidad y control total, sino porque también puede ahorrarte dinero a largo plazo. Sin embargo, como en todo, hay ventajas y retos que conviene conocer antes de dar el paso.
Los retos de usar un modelo de lenguaje local
1. Hardware potente
El primero tiene que ver con el hardware. Estos modelos necesitan mucha potencia para funcionar bien, sobre todo en la tarjeta gráfica. Si buscas un rendimiento óptimo, hablamos de modelos que se sienten cómodos con una RTX 4090 o incluso con soluciones de gama muy alta como la NVIDIA A100. Los modelos más pequeños, de entre 7 y 14 mil millones de parámetros, pueden funcionar con una GPU más modesta como una RTX 3060, pero para modelos más grandes, como Qwen-32B, la exigencia de potencia crece mucho.
Además, ocupan mucho espacio en memoria y almacenamiento. No es raro que un modelo pese decenas de gigabytes y necesite varios gigas de RAM o VRAM libres solo para arrancar. Esto implica una inversión inicial importante en equipo, a la que hay que sumar el consumo eléctrico constante de una GPU potente, que no es precisamente bajo.
2. Configuración del LLM
El segundo reto es la configuración. Montar un asistente de inteligencia artificial local no es tan sencillo como abrir una aplicación en la nube. Aquí hay que instalar y configurar el sistema, los controladores, elegir el modelo adecuado y optimizarlo para el hardware disponible. También hay que pensar en el mantenimiento, las actualizaciones y la formación de quienes lo usen, porque este campo avanza tan rápido que lo que hoy es nuevo mañana puede quedar obsoleto.
3. Menor calidad y rendimiento
Otro punto a considerar es la calidad y el rendimiento. Aunque los modelos locales han mejorado mucho, los servicios en la nube suelen seguir teniendo una ligera ventaja en las tareas más complejas. Los modelos más pequeños pueden razonar menos y, a veces, “alucinar”, es decir, dar respuestas erróneas con mucha seguridad.
La velocidad también depende del hardware: en equipos menos potentes, las respuestas pueden tardar varios segundos o incluso minutos. Si además se usan técnicas como la generación aumentada por recuperación (RAG) para añadir contexto, el tiempo de espera puede aumentar.
4. Sin ventana de contexto
Por último, está la gestión de la memoria y el contexto. Los modelos de lenguaje no recuerdan conversaciones pasadas de forma automática. Para que “te conozcan” o mantengan un historial, hay que usar técnicas adicionales, lo que añade complejidad. Y cuanto más largo sea el contexto que se quiere manejar, más lenta puede ser la respuesta.

Las ventajas de tener un modelo de lenguaje local
1. Privacidad
Todo lo que haces y los datos que usas se quedan en tu equipo. Esto protege frente a ataques externos y evita que terceros tengan acceso a tu información. Además, facilita cumplir con normativas de privacidad como GDPR o HIPAA, algo esencial cuando se manejan datos sensibles como documentos legales, historiales médicos o información financiera.
2. Control
Puedes ajustar el modelo a tus necesidades, entrenarlo con datos propios y adaptarlo a tu sector. Esto no solo lo hace más útil, sino que también crea una ventaja competitiva frente a otros. Además, puedes auditar su funcionamiento y conectarlo con tus herramientas y sistemas sin depender de políticas externas.
3. «Gratis»
A nivel económico, aunque la inversión inicial pueda ser alta, no hay que pagar suscripciones mensuales ni preocuparse por límites de uso. Los modelos de código abierto son gratuitos y, si se usan de forma intensiva, el ahorro a largo plazo puede ser notable.
4. Sin conexión
Otra gran ventaja es que no dependen de internet para funcionar. Esto es clave en entornos donde la conectividad es inestable o donde se requiere trabajar sin conexión. Y, de paso, abre la puerta a que pequeñas empresas, investigadores o desarrolladores individuales puedan acceder a herramientas avanzadas sin depender de gigantes tecnológicos.
5. Rendimiento
En ciertos casos, el rendimiento también se ve beneficiado. Al procesar todo de forma local, la latencia se reduce y la respuesta puede ser prácticamente instantánea, lo que es perfecto para aplicaciones en tiempo real. Técnicas como la cuantificación ayudan a reducir el tamaño de los modelos y a acelerar su funcionamiento sin perder demasiada calidad.
6. Ecosistema y aplicaciones
El ecosistema de código abierto es enorme. Existen multitud de modelos y una comunidad activa que colabora, mejora y comparte soluciones constantemente. Esto acelera la innovación y permite personalizar el software al detalle.
Por último, las aplicaciones prácticas son muy variadas. Desde asistentes virtuales y chatbots, hasta generación de contenido, análisis de datos, aprendizaje personalizado, detección de anomalías en procesos industriales, análisis de comportamiento de clientes o evaluación de riesgos financieros. También se pueden usar para leer y resumir documentos, programar, traducir, generar voz a partir de texto o incluso trabajar con imágenes y audio.
En definitiva, tener un modelo de lenguaje local puede ser una inversión que te dé independencia, privacidad y control, pero también requiere estar dispuesto a asumir una curva de aprendizaje y a contar con el equipo necesario para sacarle todo el partido.